1 de septiembre de 2011

Elementos del cuento fantástico en “La otra” de Rosa Montero.

Los cuentos para adultos son, por lo general, fácilmente alejados de los preceptos y de aquello a lo que llamamos y consideramos cuento infantil. La distinción del público al cual va dirigida la obra no hace que ésta cambie en su totalidad. Sí, es verdad que no es lo mismo ver príncipes y dragones en cuentos infantiles que ver esposos en divorcio en obras para adultos, sin embargo las nuevas temáticas trabajadas en estas obras no discriminan elementos de aquellos cuentos fantásticos infantiles y de cultura popular.

Aunque no parezca, estos elementos o, si podemos llamarlos arquetipos del cuento infantil, hacen también su aparición en cuentos dirigidos al público mayor de edad. Vale recordar los cuentos de nuestra infancia y ponerlos junto a nuestros nuevos cuentos para adultos, y fijarnos que, en ellos, hacen también su aparición los malos y los buenos, la víctima y el villano, el héroe y el farsante, las luchas y las batallas en busca de alguna recompensa, y, aunque no se les llame propiamente de esa manera, desde su función en la trama y el significado que éste le da a ella, se puede inferir.

El profesor ruso, Vladimir Propp, (1895-1970) es quien, en su Morfología del cuento, identifica los elementos narrativos irreducibles más simples[1].Señaló que los personajes, por diferentes que fueran (en relación de un cuento con otro), suelen desarrollar acciones muy parecidas en todas las historias. A esto, Propp lo define como “función”, la acción de un personaje desde el punto de vista de su significado en el desarrollo de la intriga. De los cuentos, Vladimir postula 31 funciones que, por necesidades narrativas del cuento, pueden estar incluidas todas o sólo algunas y no necesariamente en un orden general para todos los cuentos.


Así pues, bajo este aspecto, es posible identificar algunas de esas funciones en el cuento “La otra” de Rosa Montero de su libro Amantes y Enemigos, libro que desarrolla, a través de todos sus cuentos, el juego de opuestos de quienes Montero considera amantes y enemigos. Se nos presenta en el cuento de Rosa, una mujer que cuenta cómo vive  la llegada de la nueva mujer de papá. La madrastra, la otra mujer. Nos habla desde su experiencia de niña y cómo esto afecta su vida y la de su abuelita materna, con quien vivía también aparte de la criada y su padre. Tenemos pues, una imagen típica de madrastra bastante conocido en cuentos infantiles como La Cenicienta. Papá se enamora, al parecer, de una mujer maravillosa y hermosa que a todos cautiva con su encanto. Al ausentarse él, esta nueva mujer entra a ser la mala, el villano encargado de hacer la vida de la protagonista, imposible. Y no sólo eso, también la vida de la abuela.  Desde las funciones del cuento, desarrolladas por Propp, tenemos en primer lugar Trickery –El villano intenta engañar a su víctima. Aquí, La otra, la madrastra regala una muñeca “gorda y cursi”, y ofrece un tiempo agradable “Esta niñita tan bonita y yo nos vamos a llevar muy bien, ¿verdad?” (pág 75) La protagonista reconoce a la villana incluso, bajo su disfraz -su sonrisa de oreja a oreja. Luego tenemos Mediation, aquí la noticia del mal es divulgada y llega al héroe. La abuelita de nuestra protagonista tiene aquí un rol importantísimo pues es ella quien toma las acciones que salvan a la protagonista de la villana. La noticia de un posible desalojamiento por parte de ella en contra de la niña del padre y su suegra llega a oídos de ellas. Llegamos a Absentation -el padre de la niña se ausenta, lo que la hace estar únicamente con la madrastra que aprovecha la situación para mostrar sus verdaderas intenciones, llevándolos incluso a otra función, Interdiction, donde niña y abuela son reprimidas en su propia casa e incluso vendidas por su criada que se une a la villana por un trato con ella. Cuando regresa el padre y se encuentran todos al comedor, la lucha entre la niña y su madrastra comienza y la indiferencia que demuestra el padre para con su hija, hecho que motiva a la abuela a ser héroe o hada mágica para la niña, que con un conjuro, hace desaparecer para siempre a la mala. Las funciones Liquidation y Victory se hacen presentes pues la villana pierde y el daño inicial es reparado.

Sí, estos mismos elementos, funciones,  se pueden encontrar en libros infantiles se identifican también en libros para adultos. Tal vez en forma sea similar, pero la intención y el mensaje, no. Cambia la temática, la trama, pues a un niño el valor de la unidad familiar le es más fácil a través de historias fantásticas de príncipes y reinos. A los adultos, la información entra desde “la realidad”, lo que le es más cercano. Cambia la intención, el por qué de lo que se dice en el cuento. ¿Por qué la otra es la madrastra y por qué la abuela es el hada madrina de la protagonista?, ¿qué hay en ella que no la hace actuar con certeza frente a lo que pasa en casa con su padre? ¿quién es la protagonista para que genere contraste con su madrastra?. Las funciones del cuento siguen presentes, incluso si seguimos recordando que es un libro para mayores de edad. Lo único entonces que cambia el sentido del trabajo literario es la intención. El resultado que éste genera en los lectores adultos. Acercarlos a través de funciones ya reconocidas desde la infancia hace que el inferir e interpretar el cuento sea mucho más fácil, que el mensaje a transmitir sea más claro aunque nazca de lo particular.

Entonces, no es nuevo tener elementos del cuento fantástico y popular en cuentos para adultos porque son precisamente esos elementos los que sirven de herramientas para entender los por qué de la obra, independientemente de su temática y su contexto. 



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