4 de septiembre de 2011

Sexo: felicidad natural o matrimonio por la eternidad.


“El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza.”
Marylin Monroe.

Sexo: felicidad natural o matrimonio por la eternidad.

En la antigüedad los matrimonios se hacían por conveniencia, por obtener un título o por hacer parte de la realeza, las parejas se unían si los padres así lo querían, en cuanto al sexo era más por engendrar, pero obviamente también se daba el sexo por mero placer, pero si era fuera del matrimonio como una infidelidad se castigaba incluso con la muerte, es decir que era necesaria la figura del matrimonio dentro de la sociedad, aun en nuestros días vemos que hay parejas que creen en la “sacra iglesia” y en el matrimonio como ente principal dentro de la relación de pareja.

Es muy fácil ver parejas que tratan de conocerse por más de un quinquenio, pasan años saliendo juntos, se guardan fidelidad y esperan a la “luna de miel” donde la mujer entrega toda su pureza y se convierten en un solo individuo, o por lo menos eso es lo que nos hacen creer; pero es más fácil y más notorio ver parejas que se conocen en una fiesta, en un chat, en su lugar de estudio o de trabajo y salen una noche y esa misma noche utilizan el sexo para saciar su sed de placer, y esto es  un adelanto muy grande en la sociedad porque se ha derribado un poco esa creencia extraterrestre que decía que el sexo era algo malo y que no se debía ni hablar de ello ni practicarlo y muchos menos fuera del matrimonio.

Pero ¿qué pasa con aquellos hombres o mujeres que esperan que el sexo les abra la puerta al matrimonio? Estas personas se entregan a una relación, y dan todo de sí para hacer feliz a otra persona, es mas se niegan la oportunidad de ser felices por hacer feliz a alguien que jamás volverán a ver, los pobres ilusionados por el amor no disfrutan de ese sexo que es placentero para la otra persona, esta situación es triste para ellos debido a que sienten que aquella persona  las está usando; pero esta conducta es propiciada ambas personas, al conocerse empiezan a hablar de su vida como si todo fuera perfecto, ocultando sus desdichas, alardeando de la vida que normalmente quieren cambiar, y exagerando las cualidades que los demás ven  en ellos, pero ellos no las encuentran, después de un tiempo nace una pregunta que probablemente sea la que origina toda esa confusión y es la siguiente: “¿qué intensiones tienes conmigo?” esta pregunta genera un poco de desconfianza a quien se le pregunta pero como se es tan doble, la respuesta es :” quiero conocerte y llegar a amarte” tal vez si se fuera un poco sincero el hombre o la mujer diría :” quiero que pasemos un rato agradable y disfrutemos del sexo” esta frase seria contundente, muy concreta y dada por una persona muy consiente en que quiere hacer en la vida. Podrían sonar groseras esas palabras, pero son necesarias.

El sexo en una relación es fundamental y necesario, también es muy importante conocer a la otra persona pero no es necesario ser el uno para el otro ni esperar que en  esa noche se haya encontrado a la mujer o al hombre de los sueños; antes de creer en el matrimonio o en el sexo por placer hay que creer en que es mejor ser honesto y sincero con cada persona que se conoce, tal vez en algún momento se tendrá sexo con él o ella y al día siguiente lo olviden.

Basado en:
 Montero, Rosa. Amantes y enemigos. Alfaguara, 1998. “Alma caníbal”

codigo: 2010238051

1 comentario:

  1. Interesante toma de posición. Hace falta argumentar un poco más con la obra misma.

    ResponderEliminar